1 de agosto de 2018

APUNTANDO AL CORAZON



Un relato de tu barrio 
Un relato de tu pueblo
Un relato de Colombia
Un relato de todas y todos
Un relato de tu historia
Un relato, tu memoria

Llegó LA RUMIA musical...






Para participar, comenta con una canción que te guste y tenga algún contenido de tu interés para RUMIAR entre todas y todos los que participamos en el blog... A RUMIAR...  A CANTAR Y A BAILAR...

El valor de la Vida | Pepe Mujica | Momentum Motiv | Motivación en español


Escuchar a los mayores que tienen historias para nosotras... Es Rumiar desde el alma.
¿Qué es para vos la libertad?
¿Qué sentido tiene tu vida?


"Lo que tiene sentido es pensar porque hay mucha gente joven" Pepe Mujica

Eduardo galeano (Teología de la doble moral)

Eduardo Galeano - La mujer sin miedo


Seremos mujeres sin miedo.
Seremos seres humanos. 
No somos objetos
No es NO.

Mujeres sin Miedo - Débora Arango



Para Rumiar_ Debemos conocer a las mujeres que lucharon por nuestros derechos...
Débora Arango 

Medellín, 1907 _ 2005.

Desde adolescente mostró ese talento artístico que escandalizó a la sociedad mojigata y conservadora de mitad de siglo pasado. Una mujer de aspecto menudo y formas suaves y gentiles, transgredió todos los cánones artísticos y sociales.

25 de abril de 2018

“Hagan hablar al archivo, no dejen que guarde silencio”: Fabiola Lalinde

(El 3 de octubre de 1984, tropas del Ejército capturaron, torturaron y desaparecieron a Luis Fernando Lalinde, convirtiéndose en el desaparecido número 329 en el país. Su madre inició una lucha frontal para hallar a su hijo)
En un emotivo discurso, pronunciado en la sede de la Universidad Nacional de Medellín, esta buscadora de la verdad le entregó al Alma Mater miles de documentos que contienen el drama de una madre que buscó desesperadamente a su hijo, torturado, asesinado y desaparecido por tropas del Ejército en Jardín, Antioquia. VerdadAbierta.com reproduce textualmente el texto de su intervención, por considerarlo una pieza de inmenso valor testimonial para el presente y el futuro.
“Soy una persona creyente, porque como decía mamá, orar es hablar con Dios y yo no le doy descanso a ÉL ni de día ni de noche. Y hablo tanto con ÉL, dicen los chismes por ahí, que cuando entro a una iglesia Jesús se pone la mano en la frente, cierra los ojos, baja la cara y dice: “ayyyy, mira quien llegó”. Pero también cuando era niña, papá me enseñó a no tragar entero, que las guerras no las ganan las armas sino las estrategias. Papá decía que yo era insistente, persistente e incómoda, que era como un cirirí, pues siempre estaba preguntando por qué, por qué, por qué… Ya de grande, como mamá, Luis Fernando me decía Jodelina, o Jode, con cariño, porque echaba mucha cantaleta.
Mis primeras palabras y pensamientos hoy son para ti Luis Fernando, hijo querido, para decirte que te seguimos extrañando, pero aquí estas con nosotros ¡Presente!
Luis Fernando, mi hijo, fue torturado, desaparecido y asesinado por el Ejército Nacional los días 3 y 4 de octubre de 1984, y desde entonces no hemos dejado de orar, de buscar y de preguntar.
En los últimos 34 años de mi vida me he dedicado a buscar, primero a mi hijo y luego a la verdad y la justicia. El año pasado, por ejemplo, hable con el comandante del Ejército, Alberto José Mejía, hoy comandante general de las Fuerzas Militares, quien dijo que el crimen de Luis Fernando nunca debió ocurrir. Nos abrazamos y agradecí sus palabras, pero volví a preguntarle por qué, por qué, por qué…
Quiero traer en este momento el recuerdo del médico, profesor universitario, presidente del Comité Permanente por los Derechos Humanos, Héctor Abad Gómez. Este ángel de carne hueso estuvo con nosotros desde los primeros días, nos acompañó a buscar y fue quien llevó el caso en la primera condena al Estado por la desaparición de Luis Fernando en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. A él, como a otros tantos defensores de los Derechos Humanos, lo asesinaron, pero aquí está, aquí están con nosotros ¡Presentes! Todavía seguimos preguntando por qué, por qué, por qué…





Y encontramos otras respuestas. Como en el hermoso documental de su nieta Daniela Abad, “Carta a una Sombra”, la experiencia nos enseña que los humanistas nunca mueren.
Justo en los días que salió la condena al Estado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, me llevaron presa, con falsas acusaciones de ser la jefa de la narcoguerrilla en Antioquia, terrorista y subversiva. En la cárcel, estaba desenredando unos nudos con las monjas y otras presas del Buen Pastor, y de repente se me vino a la mente la infancia, el cirirí, las enseñanzas de papá y mamá, y pensé —“¡Esperen y verán! Ahora si van a saber quién es Fabiola Lalinde, carajo, y se va a llamar Operación Cirirí y voy a buscar a Luis Fernando toda la vida, aunque no lo encuentre.”
Buscamos y buscamos, siempre diciendo la verdad, con respeto a la constitución y la ley, a través de un arduo trabajo interdisciplinario, con grupos de presión nacional e internacional. Son muchas las organizaciones y defensores de los derechos humanos que nos apoyaron en la búsqueda: Comisión Colombiana de Juristas, Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Corporación Jurídica Libertad, Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (ASFADDES), Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (FEDEFAM), Amnistía Internacional… Son muchos, muchas más de 200 ONG, que no puedo nombrar ahora. Juntos abrimos caminos, trochas, que antes no se conocían. Hoy algunos nos acompañan, pero a todos, a los aquí presentes y a los que no lo están, ángeles de carne y hueso, los abrazamos y les agradecemos su solidaridad.
Los militares habían enterrado a Luis Fernando como un NN, alias Jacinto, y luego lo exhumaron y desmembraron de forma ilegal para que nunca lo encontráramos. Aquí está el profesor Rodrigo Uprimny, quien me acompañó en esta búsqueda para escavar la tierra con nuestras propias manos en abril y mayo de 1992. En abril, encontramos los primeros restos óseos y prendas de vestir. Buscamos y buscamos, pero no encontrábamos el cráneo. Mamá me enseñó que la fe mueve montañas. Era miércoles santo, yo cantaleteé al Señor y le dije que no podía permitir que reinara la impunidad. Una luz brilló entre las nubes e iluminó el árbol más alto de la montaña y yo supe que era una señal de que ÉL había escuchado mis oraciones, pero el juez militar se negó a continuar. Sin embargo, insistimos, y con el apoyo de la comunidad internacional pudimos presionar hasta reanudar la búsqueda en mayo. Volvimos. Los peritos judiciales dedujeron que por la ley de la gravedad, el cráneo debería estar en la partes bajas de la montaña. Yo insistí en que deberíamos seguir buscando montaña arriba y fue entonces cuando las dije: —“¡cuándo van a entender que aquí en Colombia las leyes de la impunidad van incluso contra la ley de la gravedad”. Seguimos buscando, cuesta arriba, hasta que encontramos el cráneo en las raíces del árbol más alto de la montaña.
Encontramos los restos de Luis Fernando, pero no imaginábamos que la lucha por recobrar la identidad de Luis Fernando solo estaba a punto de comenzar. Aquí nos acompaña el profesor José Vicente Rodríguez, quien conoce de primera mano esta historia. Yo estaba segura de que los restos que habíamos encontrado pertenecían a Luis Fernando, mi corazón de mamá me lo decía, reconocí su ropa y tenía otros indicios, pero ahora era necesario demostrar en la Justicia Penal Militar que los restos de un NN, alias Jacinto, eran los de Luis Fernando. Peritos expertos de Medicina Legal y la Fiscalía General de la Nación presentaron múltiples pruebas e informes criminalísticas sobre huesos y vestido para identificar el cuerpo. El profesor José Vicente Rodríguez hizo la caracterización morfométrica y un retrato antropológico tridimensional con base en el cráneo en el Laboratorio de Antropología Forense de la Universidad Nacional. Su retrato encajaba. Pero en noviembre de 1992 fui citada para tomar una prueba de sangre. La primera prueba genética en un caso de este tipo en Colombia, la realizó el doctor Emilio Yunis Turbay (que en paz descanse) en el Instituto de Genética de la Universidad Nacional, quien concluyó primero que los restos hallados no eran de un hijo mío y luego afirmó categóricamente que sus conclusiones eran “irrefutables e inmodificables”. El mundo se nos vino encima: era el concepto de la mayor autoridad científica, nada más y nada menos que el padre de la ciencia de la herencia en Colombia. Pero teníamos tantas dudas… y decidimos seguir buscando.
(El 23 de octubre de 2015 la Unesco incluyó el archivo de Fabiola Lalinda en el Patrimonio Documental de América Latina y el Caribe. Agendas, recortes de prensa, fotografías, expedientes y textos sobre su caso hacen parte de sus memorias, que serán conservadas por la Universidad Nacional, sede Medellín.)
Escribimos muchas cartas a especialistas en el mundo, entre ellos al Equipo Argentino de Antropología Forense y la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. El Doctor Daniel Salcedo, de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, nos informó que solo tres laboratorios en el mundo (en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos) estaban técnicamente calificados para realizar un procedimiento de identificación genética con restos de este tipo. A través suyo contactamos al profesor Clyde Snow, ángel de carne y hueso, uno de los antropólogos forenses más celebres del mundo, que vino en julio de 1993 a revisar el caso a Colombia y recomendó realizar un examen genético independiente. Luchamos y luchamos hasta conseguir que la justicia aceptara este segundo examen, que hizo gratuitamente la doctora Mary Claire King en el laboratorio de genética de la Universidad de California en Berkeley. Dos años demoró su trabajo, desde mayo de 1994 hasta 1996. Según su dictamen, la probabilidad de que los restos fueran de Luis Fernando era de un 99%. Seis meses después, el Ejército me entregó 69 huesos en una caja de cartón y finalmente pudimos darle cristiana sepultura a Luis Fernando, en Medellín, el 18 de noviembre de 1996.
Quiero traer a la memoria al doctor Clyde Snow, quien murió hace cuatro años, para rendir homenaje a los hombres y mujeres que trabajan buscando las verdades de la ciencia, a la comunidad científica nacional e internacional, que hicieron posible devolverle la identidad a mi hijo, es decir, la dignidad, y cuya solidaridad es patrimonio de los luchadores por los derechos humanos en el mundo.
Señor Rector Ignacio Mantilla, la historia que he contado ya está escrita en muchas partes, la he repetido cada vez que me invitan a algún evento y pueden verla en muchos videos. La llevan escrita en el alma muchos hijos e hijas de la memoria, profesionales e historiadores como Alejandra Gaviria, que está aquí hoy con nosotros. Sin ellos, sin su fuerza y complicidad, toda esta lucha no tendría sentido. Para hijos e hijas de la memoria mi agradecimiento y mi abrazo siempre solidario.
Encontré a Luis Fernando, pero no he podido dejar de buscar y de preguntar… Mucha gente me cuestiona por qué sigo buscando después de tantos años, preguntando esto y lo otro, después de haber encontrado mi hijo.
Con la misma historia voy a responder a esta pregunta que tanto me hacen y también voy a decirles el porqué de la donación de mi archivo a la Universidad.
Señor Rector Dr. Ignacio Mantilla, usted es matemático y creo que me puede comprender mejor, aunque yo soy una señora común y corriente que no estudió en la Universidad. Cuando buscamos, dudamos, preguntamos, vamos en busca de la verdad, pero cuando encontramos, cuando tenemos una respuesta, nos damos cuenta que este es solo un paso, que la verdad no es certeza absoluta ni dogma, que no hay nada en la ciencia que pueda ser irrefutable o inmodificable y que, en el curso de la vida y de generación en generación, necesitamos seguir preguntando por qué, por qué, por qué…
Yo he tenido suerte. A pesar de que persiste la injusticia y la impunidad, nuestro caso es conocido y con mi familia y la solidaridad de miles hemos logrado tantas cosas, pero mamás y familias desconocidos, víctimas de diversos actores armados, legales e ilegales, siguen buscando sin encontrar respuesta, sin ser escuchados. He sufrido con el dolor de las madres de miles de jóvenes ejecutados extrajudicialmente por los militares, falsamente acusados de ser guerrilleros y cuya identidad les fue negada. Tuve el honor de acompañar a las madres de los cientos de soldados hechos prisioneros por la guerrilla en sus luchas por la libertad. Pero esto no es una cosa del pasado, la barbarie se ha vuelto rutina y costumbre, es algo que vivimos todos los días cuando líderes sociales y defensores de los derechos humanos son asesinados en las ciudades y campos colombianos. Con todos ellos seguimos orando, buscando y preguntando por qué, por qué, por qué…
Dejo mi archivo en la Universidad Nacional porque quiero que sea conservado en Medellín, donde he vivido con mis hijos y han tenido lugar nuestras luchas. Pero mis papás me educaron con un sentido de país y de humanidad, así que quiero que este testimonio de nuestras búsquedas por la verdad, la solidaridad, el respeto y la dignidad sea un patrimonio de la gente colombiana al servicio de toda la humanidad.
Señor rector, ya tengo muchos años, pero todavía soy como un cirirí, inquieta como cuando era niña, así que para terminar voy a echar algo más de cantaleta.
Jovencitos, duden, opinen, hagan hablar al archivo, no dejen que guarde silencio.
El archivo de un cirirí tiene que seguir siendo incómodo en un país injusto y violento como el nuestro, se los dejo como oportunidad de comunión, de solidaridad y de creación, no como un objeto muerto del pasado.
Este es mi presente de dignidad a las generaciones que están y a las que vienen, ustedes que son amantes de la verdad, la libertad, la justicia y la belleza, ustedes que tienen en sus manos construir un país distinto. Persistan, no dejen de buscar, de preguntar siempre por qué, por qué, por qué…
Universitarios, dejo como herencia mi símbolo, el Cirirí insistente, persistente e incómodo que nunca ha matado un gavilán. Símbolo dedicado a todos aquellos ciudadanos del mundo, que nos convoca a cesar toda violencia, con la gratitud siempre presente por los logros de este legado que hoy ustedes reciben, en la recta final de una vida sin sentimientos de odio ni de venganza”.
Fabiola Lalinde de Lalinde, Medellín, 17 de abril de 2018
– Artículo relacionado: Los archivos de la Operación Cirirí

Tomado de: https://verdadabierta.com/hagan-hablar-al-archivo-no-dejen-guarde-silencio-fabiola-lalinde/

22 de abril de 2018

"Un tejido con las demandas ancestrales" 

Silvia cusicanqui.



El Gran Debate Presidencial 2018 | Noticias RCN - NTN24

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9 de abril de 2018

#FemicidioEsGenocidio Fuerza Artística de Choque Comunicativo

¿Por qué es importante hablar de feminismo? | Catalina Ruiz-Navarro | TE...

Reportaje: El sexismo que nos rodea

Las excusas que se inventó el machismo para violentar a las mujeres | El...

Sufragistas. Pioneras de las luchas feministas - Canal Encuentro

Sororidad

Capítulo 1: ¿Qué es el feminicidio?

Debate presidencial Universidad de La Salle

8 de febrero de 2018

Vivir sin miedo, Patricia Ariza

E. Dussel : El Poder

Conversa del Mundo - Silvia Rivera Cusicanqui y Boaventura de Sousa Santos

Jaime Garzón: Reportaje Completo de Señal Colombia



Jaime Hernando Garzón Forero 



 24 de octubre de 1960 - 13 de agosto de 1999



LA GENERACIÓN CEFA - 2018

Conocerá de cerca a Jaime Garzón. Y escuchará desde su voz; la palabra de una generación que soñaba con poder hablar, rumiar o pensar.
Se puede decir que: "No pudieron" o tuvieron muchas dificultades, una de ellas; la muerte. Quienes los callaron tampoco lograron detener una voz que retumba a través de los años y hace eco en nuestros corazones. 
La voz silenciada de un ser humano que estaba preocupado en un pasado por "el no-futuro". Nuestro presente histórico como colombianos y colombianas.

Nos atraviesa la piel como generación;
 una voz que 
¡Aguza! 
Porque
¡Nos están velando!

Nos identifica con nuestra tarea en un territorio por re-construir como nuestros cuerpos, mentes y espíritus perdidos en la selva tropical del cono sur.

Como generación, recordamos a Jaime Garzón y su palabra. 


¡Bienvenidas a la Rumia CEFA 2018!

Andes Secretos - EL VIVIR BIEN

7 de febrero de 2018

TIERRA, TAN SÓLO - Marta Gómez

Alexandra Blakely "Sueltalo B-Side" feat. Lengualerta, Jeronimo Gonzalez...

SEMILLA UNIVERSO // La Maraka

Ana Tijoux - Somos Sur (Feat. Shadia Mansour)

Carl Sagan: Estas Aquí

Antes Que Sea Tarde _ Documental

NACH - Verbo

Verbo


La película  recomendada para senti-pensarnos

Ana Tijoux - Sacar La Voz (ft. Jorge Drexler)

Lila Downs - La Patria Madrina ft. Juanes

26 de enero de 2018

¿Cómo pudimos?





Ser boca o ser bocado, cazador o cazado. Ésa era la cuestión. 
Merecíamos desprecio, o a lo sumo lástima. En la intemperie enemiga, nadie nos respetaba y nadie nos temía. La noche y la selva nos daban terror. 
Éramos los bichos más vulnerables de la zoología terrestre, cachorros inútiles, adultos pocacosa, sin garras, ni grandes colmillos, ni patas veloces, ni olfato largo. 

Nuestra historia primera se nos pierde en la neblina. Según parece, estábamos dedicados no más que a partir piedras y a repartir garrotazos. 
Pero uno bien puede preguntarse: ¿No habremos sido capaces de sobrevivir, cuando sobrevivir era imposible, porque supimos defendernos juntos y compartir la comida? Esta humanidad de ahora, esta civilización del 
sálvese quien pueda y cada cual a lo suyo, ¿habría durado algo más que un ratito en el mundo?


Espejos.
Eduardo Galeano.

15 de enero de 2018


¡SE BUSCA ROL/DESCALZO!


Por: un ave montaraz  en busca de su vuelo.




   
"¿Cómo se convierte la niña en mujer, si es que lo hace?
Su deseo…es el deseo de un deseo insatisfecho."[1]

Andando, nadando, viajando, sonriendo, murmurando, sintiendo, respirando, estudiando, construyendo, reflexionando, caminando, rodando, liberando, destruyendo, asumiendo, fotografiando, pintando, dibujando, soñando, amarrando, soltando, vomitando, levantando, suspirando, transpirando, escalando, buscando, bajando, corriendo, saltando, madrugando, trasnochando, exprimiendo, viendo, saciando, investigando, apropiando, desapropiando, eligiendo, equivocando, despeinando, embelleciendo, enloqueciendo, usando, recreando, creando, creciendo, superando, cortando, filmando, alucinando, degustando, disfrutando, comiendo, alimentando, cerrando, abriendo, desapareciendo, apareciendo, desprendiendo, abandonando, luchando, actuando, pensando, volando… viviendo o muriendo a cada instante, viviendo para nacer.  Ya no quiero parir esqueletos llenos de polvo y gusanos que van oxidando mi abatida masa muscular… Viviendo ¡No vale sobrevivir!

¿La mujer? Se pregunta la niña, sin querer vérselas con el espejo a la mañana siguiente. Piensa, mientras se lava los dientes: 
- “estoy en grado 11 y ya debo buscarme un oficio, algo para subsistir” 
¿Sobrevivir? Se pregunta a regañadientes, al tocar en su bolsillo; encuentra un objeto metálico de todas las formas. Pero no de superficie plana, con cara de presidente muy muerto, talladita en la medida; con valor desde la puerta de su casa y hasta "el mundo exterior". No era una moneda.

¿La mujer? Se cuestiona la niña. Sale a la calle, recorre todo el centro de su ciudad; toma tres o cuatro fotos que no se fijó como quedaron. Estaba paralizada, mirando la histeria de la calle en la que nunca vivirá. La niña; camina, deja de sorprenderse y se dirige hacia la izquierda.

Observa una alcantarilla infestada de podredumbre, llena de ratas polvorientas. Sin embargo, no puede dejar de fijar su mirada; ahí abajo, hay un ser pequeño que se esconde. Es un niño que se droga o no puede dormir, ni soñar; incontables veces, no come. La niña se sorprende de nuevo; busca un vaso de agua que le quite lo mareada. Va y vuelve a ver al niño que la mira sin esperanza; la niña se recorre y no encuentra respuesta a la pregunta que retumba en su mente ¿La mujer? Y la otra… ¿sobrevivir?

“Se pregunta la niña por la mujer. La sociedad le exige a la niña ser mujer”. Eso, escribió en el cuaderno de ética la niña; sigue la conversación con sus compañeras de clase. Estábamos todas, lo juro muchachas no fue un sueño; la profe tulita nos dijo que debíamos llegar vírgenes al matrimonio. Tomasita es la otra profesora que nos angustia; nos dijo que éramos las mamás de pasado mañana ¿Entonces, mañana quedaríamos aquí para nosotras y pronto estaremos disponibles sólo para cuidar de otros seres? Y la niña se pregunta ¿matrimonio? ¿Un hijo, dos hijos, tres abortos, un marido, rulos. Un simple oficio? ¡Sin emoción! Desanimada grita… “¡DIABLOS, SIN MÍ!”. Olvidemos el tema muchachas; no vale la pena, somos niñas para comportarnos como la sociedad de los “machos” dicta. ¿Educan mujeres o hacen madres las maestras?
¿La mujer; sobrevivir, el matrimonio, la maternidad, ama de casa? Duda la niña, está vez. Es de noche; peina su cabello y piensa en el absurdo chiste de la clase de sociales, ayer.

 -“A Anita no le gustó el chiste”. Especulaba; - “seguro que se sintió aludida con eso de entregarse eternamente a un amor idílico, ella piensa siempre en Pablito.  La hace sentir conforme, seguro sintió que la cuestionaban porque dice que se muere si Pablito se va. Anita sueña con sobrevivir, ser secretaria y dedicarse a sus hijos. Cuando Pablito pueda mantener la casa; ese día, dejará de trabajar en la empresa que la contrate como secretaria y luego; para el resto de su vida: planea ser ama de casa, lavar, planchar, fregar el piso, tomar el té con dos amigas entre las cuales no estaré, jugar a la canasta con sus dos amigas, cuidar los niños; envejecer, si algo monstruoso no se lo impide y morir. 
Por lo menos de secretaria le pagaban y tal vez alcanzaba para eso de los jubilados; sobre todo, soñaría con vivir y sentir – pensando, sin depender de Pablito. Eso que quiere Anita; eso es sobrevivir… ¡DIABLOS, Y SIN ELLA. SE VA A EXILIAR DE SU MENTE Y SU CUERPO! Piensa la niña; sin dejar de peinar su hermosa cabellera negra y larga, así como la de las mujeres que muestran en las revistas de mujeres… 
¿Qué pasaría, si Pablito abandona a Anita? Indaga la niña; terminando de peinar su cabellera, como de mujeres de comercial publicitario que exponen como rayo gramas fantasmagóricas, para venderles algún producto de “belleza” a las mujeres.
¿La mujer? Dice la niña, ahora va por el parque de los salvajes. Mira como todos son huraños y no hablan más que entre ellos; eso es una simple máscara para resguardarse… “esos salvajes del parque, se me aparecen extraños. “Posee” cada uno, tres mujeres para saciar la ansiedad que suelen producir en ellos las drogas que los vuelve sonámbulos”… ¿La mujer? Dice en voz alta, muy alta de verdad; los salvajes voltean y miran sus ojos llorosos sin decir nada, la niña se marcha al colegio con cara de quien se confunde y no alcanza a pensar en su tarea de ciencias sociales…
- “Entiendo menos que antes… ¿la mujer?”…
La niña, se sienta a las 6:00 Am en los alrededores de la “cárcel”. Sabiamente, con paciencia, espera a que se abran las puertas para salir corriendo hacia la piscina e ir a la casita del teatro. Se decide seriamente a pensar en su tarea de ciencias sociales, se obliga a pensar; pero es inútil, no comprende qué rol podría tener una niña como ella en una sociedad como ésta.
El timbre interrumpe su rumia. Ella, va a su salón de clases; luego de tres minutos de estar en la horrenda jaula de clases, llega la algarabía de las chicas compañeras. En ese momento, le parecía horrible tener que estar allí encerrada; el lugar, no le permite pensar en su tarea y su tarea no le aprueba pensar en otra cosa que en la mujer… “La mujer” la pone a pensar en ella misma y ella; no sabe qué pensar sobre ella. La niña, tiene cara de andar buscando una respuesta para el millar de preguntas que surgen en su cabeza.
El profesor escribe en el tablero de clase: “Mayo 15 de 2018”. Tema: avance “Rol Descalzo”. Evaluación: consideraciones escritas sobre el rol descal…” niiiiiiiiiik.  Se quiebra la tiza, se deshace en las manos del intrépido profesor. El que la ha puesto en el gran aprieto de pensarse y buscarse un rol que va a desempeñar en la sociedad…
La niña piensa en inventarse cualquier cuento; algo así como que se decide a ejercer de enfermera, aunque odia el olor a sangre. Sólo, para salir de la tarea… La niña piensa que  va a quedar imposible escribir en 15 minutos un cuento salido del realismo mágico, lleno de mariposas venidas de "Macondo"; o no importa de dónde, pero necesita un cuento. No un cuento chino… Esos, ya se los sabe todos el profesor.
La niña; sale como espectro que se fuga del demonio. Entra al baño, lava su rostro, y se da cuenta que no es una pesadilla; no ha reflexionado su deber escolar. Y eso que la niña, no falta con un trabajo académico.
Son esos salvajes del parque que no me han dejado pensar… No sé; también es Anita, sobrevivir, el matrimonio, la maternidad, la posibilidad de ser ama de casa. Replica a solas; mirándose en el espejo del baño de un colegio que al final del año, desaparecerá para su vida… Silenciosamente, se dirige a la fatal clase sin trabajo realizado. Seguro el de los chistes me va a poner cero y yo pensando que ya casi me disparan para allá, al exterior. En esta enorme prisión; me gusta estar, me siento segura. Sigue caminando silenciosa por el largo corredor, VE cada sombra que encuentra en su camino. Sólo las VE, no puede mirar nada… ¿La mujer; mi mujer, yo mujer… mujer… mujer… Yo no puedo ver? Murmura entre sus dientes; no como cantando una pregunta, sino como preguntando una canción recién inventada por ella y para ella; de esas que no ganan Grammy. Las que apaciguan polillas…
Llega al salón, donde no puede pensar en nada de lo que se diga allí; porque está pensando en todo lo que con su corta estadía había visto allá. En el lugar que Anita se conoció con Pablito y se embruteció; donde estaban los salvajes. Allá, donde la ley es sobrevivir y la generación presente se prostituye de mil formas; pero eso no importa a los ojos de nadie.
“Al final, esas mismas momias que tratan de semejar a lo que se conoce como mujer; lo logran, se parecen demasiado y me confunden. En algunos soplos, pienso que son mujeres de verdad. Terminan siendo madres de hijos sin amor; mal tratadoras ahora no de sí mismas: de un hijo, dos hijos, cinco abortos. A los que sin importar el desamor tirado todas las mañanas en un huevo frito pero frío.  Se les hace un festín en su bautizo, otro en su primera comunión, también agasajan juntos los cumpleaños y para el funeral; sino ha muerto, cuando su hijo sucumba, hará una gran tragedia mezclada con drama; para darle una despedida digna de un "hijo amado" ¿LA MUJER?”...
Indivisibles los presentes; miran a la niña, como si les recordara a una ansiosa gata buscando en su cabeza algo para inventarse ante el chistoso y sarcástico profesor de los escenarios de la sociedad. Que el norte, el sur, el oriente, occidente.
El educador imprudente. Se acerca a la niña y dice: hola niña… llega niña, llega niña, llegallegallegallegallegallega… ¡NIÑA! Ella interrumpe con apuro y dice: “la niña llegó y piensa que: allí miraba y allá veía”… ¿Me entiende profesor? Con asombro y confusión, nadie prestó atención, el profesor no respondió y la niña silenció.
Rebota de su extenuante jornada académica. Con precaución, diría ella; pero realmente juguetea: ¡muerta del miedo! Sigue sin desviarse del recorrido diario en la ciudad de siempre. Su camino está lleno de payasos; está inmersa en un gran carnaval de colores enigmáticos…
- ¿La mujer? Pregunta y a la vez, ve una payasa que no sonríe. La sigue con la mirada, siente que su rostro la representa; la payasa tiene una lágrima que corre su maquillaje de acto. La niña; la sigue, la hostiga, la observa pero la payasa huye a la multitud pintoresca y desaparece.
La niña, abre los ojos; el frenazo del bus que vale $2.100, casi la tira hasta la registradora para avizorarle que ya está por llegar a casa. Entonces; la payasa no existe, ni el circo – carnaval. Todo se ha ido en un sueño; ese valió $2.100… ¡Ojalá las pesadillas no sean tan caras! Me gustaría que las pesadillas fueran gratis para las niñas. Dice con voz débil; mientras se baja del aparato gigante que se derrite en sus ojos y el conductor acelerado, le ruega que no demore en bajar. ¡“Cómo si fuera incuestionable lo que miro. Cómo si el bus en realidad fuera a derretirse como yo”! Piensa la niña. Su pie, aferrado al piso…
¡Los salvajes son los culpables de todo!… ¿Cómo pueden tener tantas musas, los duendes nocturnos que nada saben de mujeres; sólo son soplos esas momias que se plantan la noche entera con ellos? - No. Es culpa de la idea absurda del profesor terco que quiere avisarme que mi vida en unos meses cambiaría radicalmente; sería bueno evadir el tema,  piensa en el cuento que va a inventar… Pero se detiene al fin y con una seguridad absoluta frente a su espejo. Mira su hermosa cabellera, se fija en su rostro; es como el rostro de la payasa que bailaba triste en el carnaval…
¡Qué sueño tan caro! Voltea a la derecha, se dirige a su ventana; es precisamente el atardecer o después del atardecer. Toma dos fotografías a través del vidrio, no se fija nunca como quedan sus fotografías. Tampoco sabe para qué van a servirle; simplemente, las toma… Se dirige a su escritorio y pesca una pequeña agenda; recoge del piso un marcador, decide dejar la libreta sobre el escritorio. Se dirige a la ventana para escribir lo que se sobrevenga en la pared del lado… Corre la cortina y comienza a escribir:
-“El atardecer… La ciudad de los colores. La tarde; una payasa, colores, colores, colores… Muchas texturas; sombras, la hora del atardecer. El sol ya no está, hace algunos minutos permanecía ahogándome de luz.
El crepúsculo; la ciudad, lo debe hacer sentir muy orgulloso. Es el único con el poder de hacerlo; es como si alguien bajara el telón. No hay nadie; el sol, el circo de mil colores y la niña observando desde su ventana… Sería triste. Ser una marioneta, querer dejarse manejar que el telón se baje y no haya luz… La payasa ¿Por eso estuvo triste ésta tarde? ¿No hubo luz en mi sueño? El sol, se fue después de ahogarme en fosforescencia. Quedé aquí; impregnándome de noche, con esta cabellera y este rostro de niña de atardeceres con sueños tardíos como sus pensamientos; esos sueños caros y sin raíces fuertes para sostenerse en el mundo poliedro… Las ideas, ya no llegan; preguntas sin respuestas me acosan.
Debo ser mujer. Ahora, sólo me alcanza el presupuesto para una quimera carísima; en el bus, a pesar de pagar de contado no me alcanzó para ponerle luz a mi sueño. Consumiendo soñadas…
Si se enterara mi madre me diría: - ‘esos gustos tan caros son para los que piensan que la vida es fácil ¿Un sueño por  $2.100?… ¡Jummm! Para mañana ni lo piense; no alcanza el presupuesto para esos placeres’… No he pensado que la vida es fácil. Ojalá lo rumiara, seguro así me pondría en el escritorio a hacer la tarea para el chistoso del humor elegante…”
¿La tarea? ¡Es para mañana y no he inventado un cuento para el de los chistes! Dice la niña, dejando su marcador y con preocupación; intenta escribir en su libreta… “El rol, el rol…”
 No pasa de dos sílabas. Es increíble… Piensa… Soy una analfabeta; cualquiera podría inventarse un cuento y presentar la tarea para ciencias sociales, es un deber del colegio debería ser algo sencillo para mí que soy número uno en hacer las tareas más complicadas de física y química… Eso de las formulas, es muy fácil. Ojalá la vida fuera un caso de factorización; me gustaría usar trigonometría para decirle al de las ciencias sociales que todo está fríamente calculado en mi vida, que nadie podría desequilibrar un triángulo equilátero como yo. También; le podría calcular la pendiente de mis sentimientos, explicarle mis sueños a partir de una ecuación, mostrarle las estadísticas perfectamente controladas por mi cerebro para que todo salga como la probabilidad lo diga. Si la vida me pareciera cálculo, sería muy fácil de explicar mi rol…


-  ¿Yo mujer? ¿La mujer? ¿Mi mujer?... mujer… mujer… mujer…Dice la niña de la cabellera resplandeciente, está hablando dormida… “Mi rol como mujer en la sociedad:
- “Querido profesor, no quise inventar un cuento para decirle que quería ser una mujer que no quiero ser. Enfermera, secretaria, ama de casa, ingeniera, médica, veterinaria, prostituta, madre, esposa, hermana, amiga. En éste momento; no entiendo el rol de las mujeres que veo en la calle.
Éste no es un trabajo académico; usted puede ponerme 1. Yo; no puedo mentirle, prefiero tener 1. Es una carta para usted; tal vez, pueda hablar conmigo para que me explique lo que es una mujer. Yo, no entiendo; he tratado de pensar una y mil veces en la tarea donde debo expresar qué rol me gustaría desempeñar como mujer en la sociedad de hoy. Se lo aseguro, hasta escribí en un muro; tampoco funcionó, no pude hallar una; ni siquiera pagando  $2.100 por un sueño.
Me parece que se están haciendo las de la vista gorda ante sí mismas. Profesor; me preocupa pensar que la mujer aún no existe. Yo; vi momias, sombras, fantasmas.
Muchas son “Una madre”; les debe parecer divertidísimo el plan de seguir jugando a las muñecas, ya me aburrió eso de andar inmovilizándome en otros y aunque respeto que lo quieran hacer, "¡No quiero re-producir historia muerta! Donde la mujer es “un re-productor biológico” donde la miseria y la guerra reciben hijos para machacarles la cabeza; ponerles un fusil y enviarlos al exterminio de hermanos. Quiero ser fértil, abonar la vida a mi manera". Hay otras mujeres que se mantienen con los salvajes de ese parque que queda a dos cuadras del colegio ¿Las ha visto usted también? Yo, no pude entender por qué ellas son tan zombis como los salvajes. 
Anita por su parte; parece atontada por Pablito. La niña del cuarto piso del edificio, decidió irse de monja. Hay una reina de belleza en mi barrio; una dama con cara de pudor y de “buen físico”, trabaja en uno de esos chat eróticos que hay en el internet. Lo sé, porque se lo comentó a don Beto el señor de la tienda. Lo escuché, un día que compraba algo de chocolate, disponiéndome a escribir ese cuento que me formulaba inventar para engañarlo y sobre todo; para falsearme unas alas.
Además; le acuso a las profesoras Tulita y Tomasita, porque por culpa de ellas estoy aterrorizada. Me dijeron que una mujer debía ser mamá y que eso tenía que ser para pasado mañana. Aseguran que por mandato divino debería la mujer reprimir su deseo sexual hasta casarse; pero a mí, no me gusta esa idea del matrimonio.
Determinan a la mujer a asumir el rol de madre y a la vez, hay compañeras en el salón que abortan porque nunca nos hablaron en el colegio de sexo, de planificar, menos de autoestima; tampoco nos enseñaron a soñar gratis, la gratuidad solo está permitida para las pesadillas. Mi madre; me dice que soñar sale caro y que eso es para gente que quiere vivir fácil. La abuela, tampoco contó ninguna historia valiente que me hiciera sentir orgullosa de mi condición de mujer. Supongo que esa historia es que estoy viva; pero la abuela murió-viviendo muy triste. Tampoco quiero eso para mí.
Creo que la payasa no disfrutaba del carnaval gigantesco en el que andaba sumergida. Vi profesor; la caída del atardecer, sobre ésta enorme carpa de circo de mil colores. Yo quería realismo mágico para el cuento que me iba a inventar diciendo que me gusta ver sangre; enterrar agujas a los pacientes que serían mis víctimas; que esperaría siempre con la misma pasión a la próxima víctima, me iba a pintar de enfermera. Pero no concuerda; eso tampoco es realismo mágico, no pude; aunque usted sabe, podría sostener la mentira hasta el fin de año. Así; acorralada por el gran circo, seguro si pensaría en serio lo de asumir un rol en la sociedad; no pasó justamente de esa manera porque no pude mentirme a mí misma con mariposas de Macondo, ni con libélulas de Mompox. 
Créame profesor, yo lo intenté; quise escribir. No me siento una mujer, si una mujer es lo que veo todos los días en las calles de este circo. No quiero embrutecerme, someterme, maltratar mi cuerpo, no tener el carácter suficiente para decir lo que siento y pienso; me niego a NO SER yo misma la que camine las avenidas encontradas… 
Profesor; si pregunta por mi profesión universitaria, yo podría decirle que mi deseo es creador: podría desempeñarme en el campo opuesto al de la beligerancia o la destrucción. Prometo desde el silencio hacerle la guerra a la guerra, las imágenes. Las historias, las figuras literarias en mis noches de rayuela; el mundo feliz, las flores del mal, Así habló Zaratustra, obra negra y todos mis acompañantes silenciosos. En fin, puedo hacer tantas cosas con un cupo en la universidad... También, podría no hacer nada con un cupo en la universidad… El deseo, en eso pienso y yo deseo vivir como mujer; como ser humano. No como momia, puta, bruta, madre simplemente madre, esposa simplemente musa triste y vacía… A mí me gustan las mujeres querendonas con ellas mismas; me gustan las mujeres que conjugan los verbos y se divierten por ello, siempre terminan pensando y haciendo; mirando y viendo ¿Me cree profesor?”
Puede ponerme cinco veces 1 en su planilla por esta carta que le envío desde mis sueños, eso ya no me importa; porque no pude comprender el papel de las damas, las hembras, las putas, las mártires madres desfiguradas por sus hijos y por su verdugo, las momias, los fantasmas…
¿LA MUJER? Ese rol, ese rol… el rol, el rol… ¡Riiiiiiiiiiiiiiiiing!
-    - “Sonó mi reloj profesor, no pude responder a la pregunta. Seguiré pensando y haciendo; en 30 años, tal vez tenga mi respuesta. Necesito tiempo para conjugar los verbos, mientras tenga escenario y el telón no se baje para dejarme en la oscuridad, seguirá mi personaje sobre las tablas del escenario que él elija. Nada puede ser definitivo para mí; voy a desenvolverme en muchos lugares diferentes…
La idea es… conjugar verbos. Pero sabe, antes de que vuelva a castañetear mi reloj despertador; voy a contarle algo más. Sólo con la esperanza de que usted escuche mi sueño y me apueste un 1 menos en su planilla de profesor”… Ésta vez, medio dormida; la niña continúa hablando, al borde de la realidad. Como si estuviera segura de poder revolverla; desbaratarla, derrumbarla, encapuchar los bártulos del mundo. Sin pensar en Anita, ni en las profesoras que acongojan mujeres. La niña habló por diez minutos; ésta vez, no apaleaba a la voz tenue del monologo soñado y dijo valientemente”…
“Me gusta estar sobre el camino; las montañas, las flores, el agua. Los árboles son mi debilidad; moras del campo de mi infancia, yo misma sobre la madre que resiste resistiendo a cada instante la lluvia…
¿LA MUJER? Profesor ¿Recuerda que le conté de mi infancia en un pueblecito? Antes, vi volar una mariposa que no era de "Macondo". García Márquez no podría llegar a describirla; era morada, azul, roja, verde, naranja, con rayas verdes en sus alas. Las mujeres son así profesor; de mil colores como esa mariposa. Y ni Márquez, ni Borges, ni Benedetti, ni Schopenhauer, ni Bukowski; tampoco Nietzsche. Ni siquiera Cortázar o Allan Poe; ningún hombre profesor nos ha dicho nada que se parezca a la mariposa de mil colores que volaba en la tarde pueblerina de sábado festivo…
La mariposa; va viviendo, volando, viendo y mirando. Su vuelo, es su vida; corta o larga, esa es su vida, un vuelo fugaz pero eterno. Nunca esa misma mariposa volverá a nacer con los mismos colores. La que volaba aquel sábado en la tarde y se posaba en mis ropajes cínicos; nunca más se posará en ningún atardecer de sábado pueblerino. Terminará su vuelo donde liquide sus alas; un solo día le basta a la mariposa, para ser ella misma en su belleza. Conjuga verbos desde que es oruga y con paciencia, espera su vuelo de un día para hacerse eterna en el recuerdo de una mujer… Profesor; el olvido no exilia la memoria de una mujer, cuando una mariposa de vuelo fugaz se le posa en los remiendos. La mujer, no olvida los colores de la mariposa que le enseñó lo que es una mujer.
Prefiero; en este sueño, no hablar de las mujeres que vi en el circo pobre y ambicioso que somos. Allá afuera, no he contemplado ni una mariposa de mil colores. Sólo me vendieron un sueño incomprensible por  $2.100. Vi putas, ladronas, hembras, damas, viejas, brujas, fantasmas, a Anita, a Tulita, a Tomasita, a Susanita también la vi un día, vi ancianas beatas revoltosas del caldo de la memoria para martirizar en la mañana; vi de todo profesor, hasta un niño sin esperanza”… ¡Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinggg! Suena el reloj, la niña se levanta acosada por el tiempo que hoy no es de ella. Hoy, no puede volar…
 ¡A los deberes polilla! Va camino a sus tablas. El teatro, la espera para que sostenga su personaje hasta el final. Deambula en el bus con sus compañeros de acto, pero ninguno se percata que ella es igual a todos. Tiene máscara… Anda alarmada y no puede pensar en otra cosa que en los sueños gratuitos de la noche. Era increíble, por fin algo que no era una pesadilla estaba gratis en el mercado de las utopías. No sólo había luz en sus sueños; colores, mariposas de colores, respuestas. Más preguntas que respuestas; pero por lo menos ya había visto una mujer, aunque no se parecía a lo que llamaban mujer en el circo.
El salón de clase. Aterrador; pero no como antes… Todas mostraban sus tareas. Las comentaban y se sentían orgullosas de querer ser médicas, enfermeras, secretarias exitosas, acompañantes de extranjeros por sus viajes de amor en el sur; otras, se hicieron madres sin abuchear a las locas de Tulita y Tomasita. Fueron mujeres del circo en sus vanidosos escritos, hablaron de dinero, de carros, de casa, de hijos y sobre todo, de esposos. Excepto la niña… Ella, callada en su rincón; pensaba en la mariposa del espejismo gratuito, la mariposa y la plenitud de su vuelo, la belleza de sus colores, la humildad para descansarse en sus andrajos, el olor de la tarde de su revoloteo… Todas; son llamadas a lista por el profesor quien pone 3 ó 2.5 en su planilla, exterminando el entusiasmo de la camada de “mujeres”… Todas, menos la niña…
Ella se para y alza la voz; desgarrando su silencio y cortando el fandango de histeria de las futuras profesionales. Habla con voz de mariposa valiente; como quien sale de la caverna entusiasmado por el sol. Se dirige a ellas, su audiencia; ahora se queda muda, absorta y paralizada; escucha con curiosidad el pelotón:
- - “Yo tengo cuatro veces 1 en su planilla profesor, no me importa; pero no pude comprender su pedido de deber escolar. Pienso que me falta conjugar más verbos para comprender de qué se trata ser mujer. Sólo vi una en un sueño con luz…
-  - ¡Ah! Y le cuento que fue gratuito ¡No le parece increíble; hace rato no había oferta especial! Esa mujer, parecía mariposa. No venía del río magdalena profesor, le aseguro que era de mil colores y volaba como si se fuera a acabar su tiempo; parecía ebria de felicidad, estaba plena; realmente era bella, volaba sola y sus colores hicieron que yo comprendiera lo que es una mujer… Además; me enseñó profesor que”…Se calla un momento y saca un libro de su bolso. La audiencia, mira con pavor el libro; como si no quisieran tocar uno así de rechoncho. La niña continúa la presentación de su tarea improvisada; sin advertir el desengaño de la aglomeración, comienza a hablar más fuerte que antes.
 - Mire lo que me dijo ella profesor… “El viaje no acaba nunca. Sólo los viajeros acaban. E incluso estos pueden prolongarse en memoria, en recuerdo, en narrativa. Cuando el viajero se sentó en la arena de la playa y dijo: “No hay nada más que ver”, sabía que no era así. El fin del viaje es simplemente el comienzo de otro” [2]… Y eso que su vuelo sólo duró un día…
El profesor sonreía, como de asombro; tenía el rostro en una sola palabra. Las futuras “mujeres” competitivas de su campo profesional estaban en un silencio absorbente… El profesor, por fin terminó su sonrisa para hablarle a la niña y transformó su rostro en un instante para decir:
- “Una mujer, no necesita escribir un cuento con estilo prestado. El realismo mágico no te queda, estás lejos de macondo y nunca las mariposas de ensueño vuelan hasta tu pueblo; esas son inventadas. No creas en los cuentos.
-  Entiendo que no hayas visto mujeres en las calles; tal vez, como tú dices, todavía no existe la mujer. Claro que debe haber más de una mariposa de vuelo pleno y colores bellos, debes ir de nuevo a tus campos; volver a pisar tu infancia, no olvides la humildad de la mariposa que se posó en tus remiendos. Sabía que tu madre los había hecho con cariño. Las mujeres, también pueden ser madres; lo grave es que la sociedad se los imponga con la angustia. No escuches a Tomasita y a Tulita; escucha tus alas y cuando se aviven para volar, disfruta tu viaje. Descansa donde quieras, sigue buscando ofertas especiales en los idílicos sueños de ESTAR Y SER…
- ¿LA MUJER? Mujer a tu modo; libre, al compás de tu vuelo de mariposa… leí la carta que escribiste para disculparte por no haber hecho tu tarea. Estuve en tu sueño gratuito; fue lleno de luz y colores. Escuché, tus demostraciones matutinas para declarar que no fue posible mentir… Ese, es tu rol descalzo… Mujer”
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[1] Jaqueline Rose. "DORA’-fragment of an analysis”. 1987. Página. 18
[2] JOSÉ SARAMAGO, viaje a Portugal. Alfaguara, 1981.