“Somos una civilización de soledades que se encuentran y desencuentran continuamente sin reconocerse. Ese es nuestro drama, un mundo organizado para el desvínculo, donde el otro es siempre una amenaza y nunca una promesa. El miedo nos domina.”
Eduardo Galeano
7 comentarios:
Daniela Osorio Flórez
11I04
02 de mayo 2013
A medida que voy creciendo, me doy cuenta de tantos hechos que suceden a diario en mi ciudad en mi entorno; al ir caminando, analizando e indagando el porqué de tantas injusticias; de las malas decisiones que tomamos. A pesar de que estamos en una era de avances y de constante evolución parece que la mente humana se olvida lo que nos interesa a todos de lo que es patrimonio de la sociedad, de nuestra historia, de nuestras costumbres, las hemos dejado de lado para vivir en un mundo individualizado donde no importa la opinión del otro. “Donde lo que no se paga con dinero no vale nada”. 1
Vivimos enfocados en un drama absurdo en callejones sin salida que no permiten evidenciar y reconocer lo verdaderamente importante, estamos encerrados en nuestros propios miedos juzgando a los demás incluso por nuestros propios errores, mi sociedad es insensible a las cosas bellas es tanto que perdimos la capacidad de asombro por ver las aves volar y escuchar su canto. Por disfrutar de instantes con la naturaleza, es una sociedad manchada por el dolor de los animales, donde los espectáculos de crueldad son los más apetecidos por muchos…
Y no solo es la sangre de animales será pues la sangre de nosotros el ser humano el más animal, no puedo comprender por qué nos matamos por una simple camisa que distingue el amor por un equipo, ¿por qué no ayudamos a los ancianos y a los más pequeños?, ¿por qué hay fronteras invisibles y no podemos desplazarnos entre barrios?, ¿por qué somos tan despreocupados por el dolor del otro? será por qué no estamos en los zapatos de esas personas, ¿porque quizás no nos pase a nosotros? "Nuestra convivencia es difícil porque muchos deseamos los mismos bienes con recursos desiguales, las personas sienten pasión al dominar a los demás, criterios egoístas predominan sobre los altruistas".2
Pienso que lo más importante es hacer un cambio personal y empezar por pequeñas cosas que marquen la diferencia, son escalones enormes que impone el estado, que nos impone esta sociedad piramidal… pero tenemos piernas fuertes que pueden superarlos, hay que dejar a un lado nuestros miedos y empezar actuar si algún día queremos ver que esto cambie. "los temores se extienden a la salud del alma o del equilibrio anímico" 3, por lo tanto si tenemos muchos problemas es de valientes no dejarnos vencer.
Cpp:
1 Camps Victoria, Manual del civismo, editorial Planeta Colombiana S.A. 2003 reparto del tiempo libre (pág. 83)
2 Ibíd. Convivir (pág. 18)
3 Ibíd. Pertenecer y participar (pág. 130)
Luisa María Arboleda Restrepo
11C3
02 de mayo de 2013
En varias ocasiones la soledad es sentida como la mejor y única compañía, pero la razón por la cual muchas personas, mejor dicho la mayoría, sienten esto es difícil de reconocer, no sabemos con exactitud si es algo innato en esta curiosa especie humana pero lo que si se puede observar a diario es que es en el entorno social donde este sentimiento de soledad se desarrolla y prevalece; Hoy se hace evidente aunque muchos y muchas no lo notemos, la soledad a la cual acudimos, lo hacemos porque no confiamos en nadie, sentimos y nos preocupamos únicamente por nosotros y nosotras mismas, creemos que el otro y la otra amenazan nuestra vida de diferentes formas, ya sea económica, emocional o laboralmente. Algunas personas podemos estar en frente de alguien que está pasando por problemas o conflictos parecidos a los nuestros y no nos damos cuenta, podemos vivir en un país que a nivel nacional presenta desigualdades sociales y conflictos armados y creemos que eso no tiene que ver con nosotros entonces “preocuparse… por la delincuencia sólo cuando amenaza la seguridad ciudadana de mi propio barrio… o por el paro sólo cuando soy yo quien se queda sin trabajo, no se pertenecer. Es sólo funcionar según las normas más estrictas del egoísmo miope” 1 y la pregunta vendría a ser: ¿será sólo por egoísmo que actuamos con indiferencia? O ¿será que por miedo es que actuamos egoístas e indiferentes prefiriendo la soledad?
Algunos ricos sienten miedo de que les roben sus fortunas y algunos pobres de que les roben lo poco que consiguen cuando salen a las calles a conseguir un sustento para sobrevivir cada día. A veces sentimos miedo de ser superados o superadas por alguien más en nuestra profesión o estudio, sentimos miedo de perder un trabajo, el año escolar, la casa o la vida en un accidente o por una bala perdida. A pesar de que tanto ricos como pobres sentimos miedo las desigualdades se hacen cada vez más notorias ¿será que el mundo o esta sociedad ha sido organizada por quienes son más favorecidos para que siempre nos veamos como NN socialmente? Y aunque “nadie ha inventado una solución perfecta para que todas las fuerzas sociales convivan sin que unas medren y otras languidezcan”2 es necesario tener en cuenta que “la convivencia entre un yo naturalmente egoísta y todos los demás individuos que tienen igual y soberana pretensión de ser igualmente egoístas necesita el cultivo colectivo de un ámbito de virtudes humildes que, a su vez, creen ese clima favorable al florecimiento de las virtudes grandes”3, es fundamental identificarnos con el otro y con la otra si queremos encontrarnos y reconocernos como sociedad.
CPP
1 Camps Victoria, Manual de civismo, editorial Planeta Colombiana S.A. 2003, pág. 118
Ibíd. 2 (pág. 114) 3 (pág. 24)
18:00 horas
Siempre nos hacemos la misma pregunta: ¿porque nuestra sociedad esta como esta? Pero la verdad es que cada día nos preocupamos mas por nosotros que por el que esta a nuestro lado y se nos olvida algo que siempre lo hemos sabido: “una y otro son buenos si sirven para algo el que puede dotar de sentido y, en definitiva, de calidad a la vida de los hombres y las mujeres” 1. Hemos ignorado que las demás personas tienen unas grandes capacidades y virtudes, pero creemos que para poder triunfar es necesario pasar por encima de los demás, sin importarnos si herimos o no a la otra persona. Nos hemos vuelto unos animales pensantes que ya no utilizan su razonamiento para bien sino para mal.
Ya hemos permitido que la sociedad haga en nosotros un solo molde y cumplir su propósito: hacer de todos iguales, pero no nos hemos dado cuenta que: “No hay convivencia sin desigualdades, opiniones incompatibles, dominaciones injustificables, ilusiones perdidas, desilusiones y amarguras” 2.de eso se trata la convivencia, si no vivimos estas situaciones que en su momento serán incomodas no podremos aprender que todos somos diferentes y nos necesitamos el uno al otro. Nunca podremos lograr que todas nuestras ideas sean las ideas de los otros y otras que están en mi alrededor, porque el mundo seria aburrido y no podríamos avanzar en conocimiento, pero mis ideas si pueden aportar a la sociedad, aunque ese es el objetivo que quiere lograr esta sociedad piramidal, convertir sus ideologías en nuestras ideas y así cerrar nuestro conocimiento y manejarnos a su antojo.
A muy pocos nos a pasado por la cabeza que: “la conducta verdaderamente ejemplar es la que rompe la hipocresía de la predica que empieza y acaba de hacer acción” 3. Se ha manejado tanto el molde que pone la sociedad que ya nuestras ideas mejor las sepultamos para que los demás no se vengan en contra de mi, manejamos tan bien eso de la hipocresía que ya se ha vuelto algo tan normal en nuestro diario vivir sin contar con que si no salimos de este engaño nuestra sociedad empeorará cada vez más.
Pienso que primeramente debemos aprender a convivir con nosotros mismos para poder convivir con los demás y no dejarnos dominar de lo que nos diga la sociedad que día a día hace que nuestros miedos se acrecienten y nuestros sueños se opaquen, debemos enfrentar esos miedos que nos dominan para poder cumplir esos sueños que están en nosotros y no solo cumplir los míos sino ayudar a cumplir los de ese o esa que esta día a día luchando en esta selva de cemento para subsistir sin darse cuenta que lentamente ha ido enterrando eso que da sentido a nuestra vida: los sueños!!!
CPP:
Camps, Victoria. Manual del Civismo
Ibíd.1 (pagina 126) ,2 (pagina 104), 3 (pagina 155)
Nombre: Manuela Martínez Granada
Grupo: 11C5
fecha: 2 de mayo de 2013
Manuela Osorio Correa
11I03
Es increíble pensar que una persona viviendo en su propia tierra llegue hasta el punto de despreocuparse de ella.
Viendo la actualidad, donde discriminamos al otro que es igual a mí y con quien compartimos la belleza de este planeta nos portemos tan miserablemente sin importar las consecuencias que esto traiga consigo.
Esa falta de pertenencia y ese desentendimiento de lo que nos rodea nos lleva a tener poco control sobre nuestros actos, lo que por instinto nos conduce a hacerle daño al otro, “ni el deseo de dominar (por domina) ni el de dañar (por dañar) son los mismos en cada uno de nosotros. Es evidente que la inclinación por dominar o dañar a los demás (que son dos cosas distintas aunque a veces vayan juntas) no aparecen en todos por igual, ni todos los que la exhiben la ejercer en los mismos territorios” [1], pero que a pesar de esto siguen teniendo tanto consecuencias físicas como mentales; no imaginamos hasta qué punto llega una persona para imponer sus ideas que desafortunadamente pierden su identidad entre ideologías impuestas por los demás.
Somos personas que no pensamos mucho en lo que pueda llegar a pasar si seguimos los mismos pasos de los otros y gracias a esto suceden los choques de personalidades y los conflictos, que muchas veces se convierten en guerras.
¿Pero que es lo que pasa? Quieren seguir llevando los mismos ideales y pensamientos en todas las generaciones, impidiendo que estas hagan los suyos, que personas que pueden llegar a ser grandes genios queden en la mitad de su camino o peor aún, que ni siquiera lo empiecen, y nuestra gran pregunta es “¿qué hacemos conservando formas que solo pretenden marcar diferencias de clase, de riqueza, de categoría?” [2], ¿Porque es tanta la insistencia en crear un puente de diferencia entre personas con mayor acceso a bienes y servicios con personas de escasos recursos? Si se supone que todos somos seres humano, que sentimos, pensamos, actuamos, tenemos necesidades y que además de eso nacemos con los mismos derechos y deberes. Andamos con el temor de creer que nuestras ideas son menos que las de los demás, vamos por ahí divagando en que pasaría si las ideas del otro se impusieran por sobre las ideas propias, y es allí donde surge esa desconfianza y esa creencia de que otro robará mis ideas, las dañará o tal vez las ignorará.
Empezar por convencernos que lo que logramos crear y hacer con nuestros pensamientos es el primer paso para hacer la diferencia y para hacernos escuchar en un mundo que no quiere oír, no hay necesidad de utilizar la violencia cuando nuestras ideas están aterrizadas.
Debemos saber que “convivir no es rendirse a la voluntad de los demás” [3], es demostrar que estamos a la misma altura en dignidad y derechos que el otro, demostrarle que si yo puedo hacer la diferencia, él también la puede hacer y que no hay necesidad de estar en discusiones y peleas para hacernos notar, que es necesaria la humildad y la tolerancia para formar esa “sociedad cívica” que tanto queremos tener pero que por nuestros propios actos no logramos formar.
CPP
[1] Camps Victoria / Giner Salvador. Manual de Civismo. (1998 Colombia). Pág. 21.
Ibíd. [2] Pág. 37, [3] Pág. 103.
Maritza Guzmán Agudelo
11 INFO 03
04 de Mayo 2013
Es increíble como las personas dejan de hacer algo porque alguien se los pide o piense diferente. "las reglas sirven para facilitar las relaciones entre los humanos"1 viendo las reglas desde un punto de vista organizado y que genere un bien común son demasiado importantes, pero el error esta en cohibir a los demás e imponérselas para que no hagan lo que les apasione. Claro esta que hay individuos que poco les interesa esto por ejemplo los que trabajan, la gran mayoría lo hacen por necesidad sin ni siquiera gustarles su trabajo, lo que hacen o hasta sus jefes.
"Vivir ocupado, tener trabajo ha pasado de ser la señal de esclavitud a la clave para el éxito, más aún ahora que el trabajo escasea y tenerlo es un lujo" 2 , en ocasiones de la única manera que valoran lo que hacen es perdiendo su trabajo o a un gran trabajador pues antes se veía mas como una esclavización donde lo que te pidieran hacer debías obedecer; ahora han cambiado un poco las ideas de ello y ya no se ve tanto miedo por decirlo así de personas que temían a renunciar a su trabajo de rechazarlo y de hacerse valer como una persona integra y de grandes valores. De tal forma que se dejaban dominar por un miedo constante o incluso por un: ¡Sos inferior, yo soy el que mando¡ de muchas personas que pretendían tener el poder, sin saber que cada quien decide por sí mismo y trata de proyectar sus ideales a buenos y grandes fines.
También el hecho de que debemos disfrutar cada día cada instante de gozárnosla sin malgastar un solo segundo nos trae grandiosos beneficios siempre y cuando sepamos en ¿Qué? y ¿Cómo? invertir nuestro valioso tiempo, "el individuo que, por la mañana, tiene una actividad, al medio día otra, una tercera por la tarde y otra por la noche. Es el individuo que no se identifica exclusivamente con su profesión o con una sola ocupación" 3 cuando pretendemos tener un alto grado de suficiencia o de perfección por creernos capaces de hacer todo y pasar por encima de alguien, opino que esto nos traería ciertos inconvenientes desagradables.
1. Camps, Victoria. Manual de Civismo. (Pág. 30)
Ibid 2(77), 3 (74).
Shirlery Dayana Montoya Cáizamo
11C3
3. mayo.2013
Creo yo, que las personas actualmente muestran muchísima soledad y miedo, no solo por el hecho de ser temerosas de naturaleza, sino por el hecho de ser violentados y evitar que continuemos con nuestros deseos, deseos que pasan de ser deseos a ser utopías. Mostramos miedo por ser egoístas con nosotros y con el otro, por creer que en una sociedad debe de ser primero el yo, cuando hay muchas personas conocidas o desconocidas que necesitan de nuestro apoyo, de nuestras palabras, sonrisas, historias y hasta llantos. Personas que no tienen nada a que aferrarse, pues esta lucha en contra del otro, ya ha dejado más de una huella indeleble en el alma de todos, y a veces por mostrar coraje nos convertimos en el verdugo del otro y hacemos de nuestras vidas una soledad eterna, un claustro perfecto del cual nos sentimos orgullosos, pues el ser humano ha dado por entendido que las cosas importantes son lo material, lo pasajero, las fiestas, los vicios, las compañías y no hemos aprendido a distinguir entre lo que está bien o mal, sin embargo hay una pregunta que nos ronda a todos cada momento, ¿Quién lo sabe?..., quien en realidad sabe que es lo que está bien o mal… creo yo que aunque creamos saberlo no lo ponemos en práctica por el mismo miedo que nos causa ser “diferentes”, porque “el ser humano no siempre es espontaneo al mostrar alegría, tristeza, dolor, admiración, odio, respeto”1, entonces, ¿porque nos quejamos y nos quejamos cuando hay tanto para dar y hacer?, es natural que no lo queramos mostrar y como ejemplo pongamos los habitantes de la calle, todos los días pasamos por encima de ellos como si no fuesen personas, como si tuviéramos mayor autoridad sobre ellos o fuésemos lo máximo, pero, creo que más de uno ha querido conversar con ellos, ha querido sentarse y preguntarle que siente, si le puede ayudar en algo o quiere darle una moneda de su pasaje para que coma algo, porque sabe que no es una cosa, sin embargo quien lo hace?¡nadie!, porque nos da MIEDO, temor a que los demás digan algo que pueda afectar en mi vida, puf!! ¿Quién cree eso? A nadie le importa, te miraran feo y después… quien sabe, pero al menos daré mi mano a alguien y no pasare como si nada estuviera ahí sentado, como si fuera tan poco que no mereciera observación, queremos hacerlo pero “el problema es que esos sentimientos no solemos repartirlos demasiado bien: los dirigimos a quienes nos son más cercanos y tendemos a ignorar a los que nos quedan más lejos”2.
Claro está que todo esto puede suceder porque la sociedad es la que nos ha construido, somos zombis del consumo y maquinas del trabajo, nos dejamos maltratar física y verbalmente, que es deplorable para una persona que tiene valores éticos y morales, que se supone es autónoma y con bastante criterio para hacer que respeten sus creencias, su condición de vida, su manera de pensar, desde cuando permitimos que pasen por encima de nuestros principios escogimos doble vida, pues “hay mandones en una empresa que son, en su hogar, mansos. Y hay seres dominantes en sus casas que son obedientes en la calle. Hay quien daña o manda por sadismo o pasión y quien lo hace por necesidad o deber, o hasta por cariño”3 entonces, ¿que esperamos si cada día demostramos que la soledad nos invade, el miedo nos corroe y no nos importa nadie más que nosotros?
El miedo empieza desde donde comenzamos a vivir, desde los limitantes que nosotros mismos nos imponemos, ese pánico a ser señalados o juzgados, y a pesar de tener alegría también sentiremos temor porque siempre el ser libre implica este, sin embargo hay pocas personas que hacen lo que quieren y son felices, en cambio algunas no lo son porque se limitan a otros y esto crea más barreras que incluso podrían provenir del modo de vida del nuestro hogar.
CPP
1- Camps, Victoria. Manual del civismo. editorial Planeta Colombiana S.A. 2003 La buena educación, página 29
Ibíd. 2 (pág. 44) 3 (pág. 21)
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