29 de abril de 2013

ALEIDA * VLADDO


1 comentario:

Unknown dijo...

Eres digna del respeto ya que yendo en contravía a los designios de la sociedad capitalista, que nos educa haciéndonos creer que somos el sexo débil y por lo tanto, que solo fuimos nacidas para procrear y servirle al hombre sin reparo alguno, por eso los educan en la mentalidad machista y que como muestra de su superioridad debe maltratarnos físicamente y verbalmente. Un ejemplo muy claro es lo que opina Victoria Camps, donde afirma “la jornada de la mujer es doble; el resultado es la esquizofrenia, las crisis continuas, una vida privada que, en lugar de ser el descanso de otra actividad, tiende a ser un infierno para todos”. Pero nosotras en un acto de valor y deseos de libertad, nos emancipamos siguiendo el ejemplo de cientos de miles de mujeres de Colombia, América Latina y el mundo, que ofrendaron sus vidas en pro de la igualdad social, derechos laborales, políticos, económicos y la libertad negada a decidir y participar activamente en la construcción de la sociedad, que querían para sus hijos. Si bien lograron grandes reivindicaciones en diferentes ámbitos de la sociedad, hoy continúa la explotación, el maltrato físico, la comercialización de la figura femenina como objeto sexual, inculcando la falsa creencia que para conseguir lo quieres en la vida solo necesitas un lindo rostro y un buen cuerpo, sin importar para nada los valores mas elementales de nuestro ser como mujeres, generando con ello el individualismo, la disputa entre géneros y la pasividad ante los grandes problemas que aquejan a la humanidad y la necesidad de nuestra participación decidida, en los cambios que necesitan Colombia, los demás países de América Latina y el mundo. De ahí la frase de la madrina conceptual “prohibido prohibir, resume todas las doctrinas de los hippies y recoge indiscriminadamente estas concepciones románticas sobre la presunta maldad de cualquier prohibición”. El mejor homenaje que podemos rendirle a estas Heroínas, muchas anónimas y olvidadas, es dedicar nuestras vidas a la gran causa de los explotados para construir un día; la sociedad donde el centro sea el hombre y la mujer. Es muy difícil encontrar las palabras adecuadas para explicar el dolor que sienten las madres al no estar físicamente con sus hijos, pero al pensar en el futuro incierto que esta sociedad excluyente e inhumana les brinda, nos debemos llenar de razones para entender que el sacrificio que hacen al dejarlos, es la cuota en la dura tarea de ayudar a construir una sociedad, donde no solo los hijos de ellas, sino los de todos los desposeídos puedan tener una vida digna. Tenemos la capacidad de amar a nuestros compañeros afectivos y participar con moral y dinamismo en todos los quehaceres que nos traza la vida, pero en ocasiones ellas se olvidan o priorizan de su labor como amas de casa y relegan su participación a un segundo plano, mi llamado es a que sin descuidar los dos factores indispensables en nuestra realización personal, nos preocupemos más por nuestra formación política y en todos los aspectos, para que de acuerdo a las realidades concretas hagamos parte de las soluciones que necesita nuestro camino para superar la crisis que nos aqueja, ya que es tarea de todos y todas trabajar por superarla. Queda claro entonces que nuestra condición de mujeres, para nada es impedimento a la hora de luchar por nuestros ideales, somos tan capaces como los hombres, y si nos complementamos seremos invencibles y perdurará por siempre en la historia de nuestro país. No solo parimos el futuro de la sociedad, sino que ayudamos a forjar otro mundo mejor y posible. Mi objetivo primordial al redactar este texto, es hacer entender a la humanidad que tanto los hombres como las mujeres tenemos los mismos derechos, y que el pueblo espera mucho mas de nosotras ya que “el único limite que debe tener la libertad es el daño al otro”.

Victoria Camps Cap II La buena educacion pagina 37
Victoria Camps Cap III Derechos y deberes pagina 45
Victoria Camps Cap VI El reparto del tiempo pagina 87